martes, 19 de mayo de 2009

Bogotá

En el 2002 la Fundación creativa taller y el órgano informativo “Tabú,” adelantaron en la ciudad de Bogotá una encuesta que, entre otros presento los siguientes resultados:

a) Con sorpresa se descubre que el interés por intercambio de parejas, no era un tema de actualidad sino que este modo especial de mirar y admirar una nueva manera del disfrute sexual, se conocía, bajo reserva desde principios de la década de los noventa.

b) Algunas parejas se acercaban a este tipo de prácticas motivados por la curiosidad y la fantasía, en un intento de expandir sus fronteras, con respecto a su sexualidad, aunque para la mayoría no paso de ser un episodio que no desearían repetir. Manifiestan percibir algún tipo de impacto de orden emocional al romper con el esquema tradicional de relación el uno con el otro, sin que nadie más interfiriera entre los dos.

c) Algunas parejas acostumbran conocerse al interior del reducido número de clubes swingers, que desde hace algún tiempo funcionan en Bogotá. Vivian allí fantasías que a veces incluían intercambios; pero fuera de tales clubes no era usual que asistiesen a otros encuentros.

d) Otras parejas llegaron a conocerse en los clubes y luego formaban grupos de amigos que se reunían en apartamentos o cabañas de veraneo situadas no muy lejos de la cuidad. Otra manera de contacto era por medio de revistas especializadas de circulación nacional, como “Sueca Club” “Manila” o “Libre expresión”, que permitiría abrir las expectativas de conocer personas residentes en otras ciudades y por tanto ajenas al círculo de sus amigos y relacionados.

e) Los celos aparecían a veces en el desarrollo de estos intercambios. La sensación de que alguien fue muy especial con la persona que entro, extraña a la relación, pudiese en ocasiones introducir elementos de perturbación, al interior de la pareja.

f) Otras que no contaban con una cohesión solidad en su estructura interna, podían salir a veces mal libradas, e incluso algunas llegaban a la ruptura. Si embargo aquellas que poseían nexos firmes, basados en la confianza y la mutua compresión, además de un buen nivel de comunicación, no sólo lograban disfrutar de estos encuentros sino que un buen número de ellas resultaban fortalecidas, mas aun, su vida sexual en ocasiones se veía enriquecida con el redescubrimiento de un nuevo ardor pasional.

g) En esa investigación lograda en la capital colombiana se observa que, en la generalidad de los casos, son los hombres quienes manifiestan mayor interés por asistir a los encuentros swinger y se esmeran en convencer a sus mujeres, pero son ellas quienes, en últimas deciden cuándo asistir a los mismos. Además ellas acostumbran reservarse el modo de participación y deciden cuándo y cómo entrar al intercambio.

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